En el SEC no vemos correcto ni justificable el desmedido aumento salarial que quieren recetarse los diputados, actitud repugnante si tomamos en cuenta que acaban de iniciar labores, y que ello riñe con los principios de igualdad y razonabilidad que rigen a nuestro país.
Esta aspiración, contrasta con los altos índices de pobreza en que están sumidas miles de familias, que apenas sobreviven con reducidos salarios, inclusive menores que el mínimo establecido por ley. Familias enteras luchan por vivir con mucho menos de lo que gana un solo legislador, por lo que sus salarios no son ningún "voto de pobreza".
Es inconcebible que asumieran su incremento salarial como primer proyecto de la agenda legislativa, y lo que es peor, que se olviden tan rápidamente que fueron elegidos por el pueblo para legislar en beneficio del bien común, no del propio. Todos los legisladores sabían que al asumir su cargo, podrían dejar de percibir en su actividad comercial, así que ya sabían a lo que se atenían.
La injusticia de este aumento es aún mayor, ya que mientras piden más salario y podrían aumentar aún más el déficit público; el Gobierno planea eliminar a los empleados públicos sus aguinaldos, cesantías y otros pluses salariales, mediante el anteproyecto de Ley de Empleo Público.
A criterio del presidente del SEC, Gilberth Díaz, pareciera que a los diputados los ¢2.6 millones mensuales que ganan hoy les resultan insuficientes, y ahora quieren casi ¢5 millones. "Tenemos que analizar en realidad cuánto dinero estaríamos destinando a cada diputado, porque a ese salario tendríamos que sumarle el monto que mensualmente perciben en especie, ya que cuentan con cupones por 500 litros de gasolina, celular por ¢117.000, vehículo de la Asamblea Legislativa y 6 asesores por legislador, sin contar que en su tiempo libre ejercen su oficio o profesión de manera liberal, ya que no gozan de prohibición y la exclusividad no llega hasta ellos". Además, al aumentar su salario tienen la posibilidad de obtener mayor monto para su pensión, manifestó.
Esta es una mala señal para el pueblo, sobretodo si se analiza que también se realizaron grandes incrementos de salario a los directivos del INS, y se solicita aumentos en la Defensoría de los Habitantes y otras instituciones.
Esperamos que la actitud del PAC, el Frente Amplio, y demás legisladores que se niegan a este aumento, se mantenga firme, y que más legisladores renuncien a esta iniciativa.
Señoras y señores diputados: en vez de buscar un aumento salarial injustificado, deben buscar como lavarle la cara a esa Asamblea Legislativa, desprestigiada a los ojos de los costarricenses. Honren dignamente su salario realizando su trabajo a cabalidad, como lo hace día a día este pueblo para sobrevivir.
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