Se trata de un grupo de agricultores de la zona norte, que acamparon frente a Casa Presidencial durante la primera quincena de Junio, para que el gobierno valorara su caso. Ellos afirman que fueron amenazados de muerte por funcionarios del gobierno, por lo que temen por sus vidas. Su campamento fue desalojado por la Fuerza Pública y Policía Municipal el 13 de Junio. Allí la policía también los amenazó con arrestos masivos, por lo que optaron por ingresar el 15 de Junio a la UCR y pedir ayuda a las autoridades del centro. Luego de su entrada, un grupo de estudiantes de diversas carreras se ofreció a ayudarles en la redacción del escrito que presentarían a Rectoría al día siguiente, con fundamentos legales y detalles de su caso.
Al enterarse de lo ocurrido, la Fuerza Pública invadió la casa propiedad de la UCR, violentando de nuevo la autonomía universitaria. Requisaron a los presentes en medio de ofensas y burlas policiales. Sin embargo, tuvieron que abandonar el campus luego de que la policía del centro de estudios asumiera el caso.
Los campesinos expusieron de manera oral su caso ante el abogado de la Rectoría y ante el jefe de Servicio Generales de la Universidad, quienes insistieron en que no permitirían que permanecieran en el sitio. Se planteó trasladarlos a otro lugar con menos espacio, opción que rechazaron por el hacinamiento. Los agricultores les insistieron en que solo deseaban presentarse al día siguiente ante la Rectora y pedir su intervención y protección por su caso, además de permanecer bajo un techo seguro.
Sin embargo, la policía universitaria los desalojó en horas de la madrugada, al ser las 4:50 a.m., hora en que la Universidad ni siquiera había abierto sus portones. Se le ordenó retirarse a la vía pública, siendo expulsados del campus universitario. En medio del incidente, un estudiante de 18 años sufrió un ataque epiléptico. La policía y un paramédico consideraron que el caso no era una emergencia y se negaron a trasladarlo a un centro médico, dejándolo en la acera a la intemperie. Sin embargo, por la presión de los demás estudiantes, fue llevado al Hospital Calderón Guardia, donde los médicos se mostraron muy consternados por el padecimiento del joven.
Aunque se le consultó al jefe policial de la universidad, Jonnhy Badilla, si el desalojo fue ordenado por las autoridades políticas de la Universidad, se negó a responder, limitándose a decir que fue ordenado por "la jefa de todos".
1 comentario:
okupa y resiste
tierra pa quien la trabaja vamoa eliminar miseria
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